En algunas iglesias cristianas se realiza un evento llamado «presentación de niños» o «dedicación de niños». Esta práctica es comúnmente observada como un acto en el que los padres llevan a sus hijos recién nacidos o jóvenes a la iglesia para ser presentados ante la congregación y, en un sentido más amplio, ante Dios. Aunque las prácticas y creencias pueden variar según la denominación y la iglesia específica, aquí hay algunas razones comunes por las que se lleva a cabo la presentación de niños en la iglesia cristiana, se le llama el A,B,C, por Agradecimiento, Bendición y Compromiso.
Agradecimiento:
La llegada de un nuevo miembro a la familia es un regalo inigualable que merece ser celebrado. La presentación de niños en la iglesia cristiana es un acto significativo que refleja el agradecimiento profundo que los padres sienten hacia Dios por encomendarles la responsabilidad de criar a sus hijos. Es una oportunidad para unirse como comunidad y expresar juntos la gratitud por la vida que Dios ha confiado en nuestras manos.
En este sentido, las historias inspiradoras abundan, desde padres que han superado dificultades para concebir hasta aquellos que han encontrado en la paternidad y maternidad una nueva fuente de gratitud. La presentación de niños es un momento ideal para compartir estas historias y reconocer que cada niño es una bendición única que nos invita a reflexionar y agradecer por la maravilla de la vida.
Bendición:
La bendición es un acto poderoso que conecta a la comunidad de fe con la familia que presenta al niño. Durante la presentación, la iglesia se une en oración para pedir a Dios que derrame Su gracia y cuidado sobre los padres y sus hijos. Este momento trascendental marca la importancia de invocar las bendiciones divinas para guiar y proteger a la familia en su jornada de crianza.
Estas bendiciones no son efímeras. Se convierten en faros de luz en el camino de los padres y niños. La presentación de niños en la iglesia es un recordatorio tangible de que no están solos en esta travesía. Es un recordatorio de que la comunidad cristiana está presente para apoyarlos y elevar sus plegarias por su bienestar y crecimiento espiritual.
Compromiso:
La presentación de niños no es solo un evento simbólico, sino también un compromiso profundo de los padres hacia la crianza en un ambiente impregnado de valores cristianos. Es un momento en el que los padres se comprometen públicamente a guiar a sus hijos en el camino de la fe y a nutrir sus almas en el conocimiento y amor de Dios.
El compromiso asumido en la presentación de niños no es efímero, sino una senda que se recorre a lo largo de los años. Padres, familias y comunidades están llamados a mantener este compromiso vivo mediante la oración constante, el estudio de la Palabra y el ejemplo de una vida centrada en Cristo. La presentación de niños es el primer paso en un camino de crianza donde el compromiso con los principios cristianos es fundamental.
Diferencia con el Bautismo:
Es importante recordar que la presentación de niños y el bautismo son distintos. La presentación no implica la salvación del niño, pero es una promesa de los padres de criar al niño en un ambiente que favorezca su relación con Dios. El bautismo, por otro lado, representa la decisión personal de seguir a Cristo. Ambos tienen su importancia y significado en la vida espiritual de la familia.
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Aunque la práctica de presentar a los niños en la iglesia no está respaldada directamente por un único texto bíblico específico, hay varios pasajes que se han utilizado para fundamentar la importancia de dedicar y consagrar a los niños a Dios. Aquí hay algunos textos bíblicos que se han citado en relación con esta idea:
1 Samuel 1:27-28: «Por este niño oraba, y Jehová me ha concedido la petición que le hice. Yo, por tanto, lo he dedicado a Jehová; en tanto que viva, lo dedicado a Jehová. Y adoró allí a Jehová.»
Lucas 2:22-24: «Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor), y para dar la ofrenda, como dice la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.»
Marcos 10:13-16: «Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.»
Mateo 19:13-15: «Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.»
Efesios 6:4: «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.»
FIN