El libro de Salmos metafóricamente puede ser considerado como un «templo virtual» porque proporciona un espacio espiritual donde los lectores pueden encontrarse con Dios a través de la poesía, las oraciones y las alabanzas contenidas en los salmos, de manera similar a como el templo físico era un lugar de encuentro con lo divino en la antigüedad.
En la antigüedad, el templo era considerado como el lugar donde el pueblo de Israel se encontraba con Dios. Era un espacio sagrado donde se realizaban rituales, se cantaban canciones, se ofrecían oraciones y se experimentaba la presencia divina. El templo estaba lleno de arte, símbolos y adoración, proclamando simbólicamente que Dios gobernaba el mundo desde ese lugar.
De manera similar, el libro de Salmos puede ser visto como un «templo virtual» porque invita a los lectores a encontrarse con Dios y experimentar su presencia a través de la poesía, las oraciones y las alabanzas contenidas en los salmos. Cada poema ha sido cuidadosamente elaborado y colocado en su posición específica para crear una narrativa que recuenta poéticamente la historia bíblica y lleva a los lectores a una experiencia espiritual.
Al igual que el templo, el libro de Salmos ofrece un espacio sagrado donde las personas pueden acercarse a Dios, meditar en sus enseñanzas y conectar con la historia del Reino de Dios. A través de los salmos, se puede experimentar una variedad de emociones humanas, expresar lamentos, encontrar consuelo, buscar dirección y alabar a Dios. Es como entrar en un templo literario donde se puede encontrar la presencia de Dios y sumergirse en la sabiduría divina.
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El libro de los Salmos es una colección de 150 poemas, canciones y oraciones antiguas en hebreo, provenientes de diferentes períodos de la historia de Israel. Muchos de estos poemas están conectados con el rey David, aunque hay varios autores diferentes detrás de ellos. Estos poemas fueron utilizados en el culto del templo de Israel y posteriormente fueron reunidos y acomodados intencionalmente en el libro de Salmos que tenemos en la actualidad.
El libro de Salmos tiene un diseño y un mensaje único que se aprecia al leerlo de principio a fin. Consta de cinco partes principales, concluyendo con cinco poemas de adoración al Dios de Israel que comienzan y terminan con la palabra «Aleluya». Los títulos de los poemas dividen el libro en cinco secciones, y los últimos poemas en cada una de estas secciones tienen un final similar.
Los Salmos 1 y 2 son una introducción especial al libro. El Salmo 1 celebra la bendición de aquellos que meditan en la ley de Dios, mientras que el Salmo 2 habla de la promesa de Dios al rey David de que un día vendría un Rey mesiánico para establecer el Reino de Dios.
Cada libro dentro de los Salmos tiene un diseño y tema específico que se relaciona con estos dos salmos introductorios. Se destacan los Salmos 15 al 24 en el Libro 1, los Salmos 16 al 18 y 20 al 23 en el Libro 2, y un poema en el centro del Libro 4 que anuncia el reinado de Dios sobre todo el mundo.
El Libro 5 destaca la escucha de Dios al clamor de su pueblo y contiene colecciones de himnos y cantos graduales que expresan la esperanza del futuro Reino mesiánico. En medio de ellos se encuentra el Salmo 119, el más largo del libro, que celebra el regalo de la Torá.
En resumen, el libro de los Salmos está diseñado de manera cuidadosa y presenta una narrativa coherente que abarca temas como la ley de Dios, el reinado mesiánico, la fidelidad de Dios y la esperanza en el futuro. Es un libro de oraciones y alabanzas para el pueblo de Dios, que busca obedecer los mandamientos de la Torá mientras anhela la venida del Reino de Dios.
Para ampliar al respecto sírvase ver: Resumen del libro de Salmos: un panorama completo animado.
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A continuación, tres ejemplos de Salmos, capítulo 1, 2 y 8.
Ejemplo 1: Salmo 1 (Versión Reina Valera 1960)
- Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
- Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.
- Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.
- No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.
- Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos.
- Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá.
El Salmo comienza declarando la bienaventuranza del hombre que no sigue los consejos de los malvados, ni se une a los pecadores, ni se sienta con los burladores. En cambio, su deleite está en la ley de Jehová y medita en ella día y noche. Este hombre es comparado con un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da fruto en su tiempo y cuyas hojas no se marchitan. Todo lo que hace prosperará.
Por otro lado, los malos son comparados con el tamo, que es la paja o el desperdicio que el viento dispersa fácilmente. Los malvados no se mantendrán firmes en el juicio y no serán aceptados en la congregación de los justos.
El Salmo concluye afirmando que Jehová conoce el camino de los justos y los protegerá, pero la senda de los malvados está destinada a perecer.
Ejemplo 2: Salmo 2 (Versión Reina Valera 1960)
¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
Se levantarán los reyes de la tierra,
Y príncipes consultarán unidos
Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
Rompamos sus ligaduras,
Y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos.
Luego hablará a ellos en su furor,
Y los turbará con su ira.
Pero yo he puesto mi rey
Sobre Sion, mi santo monte.
Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho:
Mi hijo eres tú;
Yo te engendré hoy.
Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
Y como posesión tuya los confines de la tierra.
Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación, jueces de la tierra.
Servid a Jehová con temor,
Y alegraos con temblor.
Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían.
El Salmo 2 es un poema que aborda el tema del rey ungido por Dios y su papel en el plan divino. El salmo comienza con una pregunta retórica sobre por qué las naciones se rebelan y los pueblos piensan en vanidades. Los reyes y los príncipes se unen para conspirar contra Jehová y su ungido (el rey designado por Dios). Quieren liberarse de su dominio y autoridad.
Sin embargo, el salmo revela la respuesta divina a esta rebelión. El Señor en los cielos se ríe y se burla de los conspiradores. Habla con ira y los turba. Dios declara que ha establecido a su rey sobre Sion, su monte santo. Esta declaración de Dios establece la autoridad y el dominio del rey ungido.
El salmo continúa con las palabras del rey ungido, quien proclama el decreto divino. Dios declara que el rey es su hijo y que le dará las naciones y los confines de la tierra como herencia. El rey ungido gobernará con poder y quebrantará a las naciones rebeldes como vasijas de barro.
El salmo concluye con una exhortación a los reyes y gobernantes terrenales para que sean sabios, sirvan a Jehová con temor y se regocijen con temblor. Se les insta a honrar al Hijo para evitar su ira y perjuicio. Los que confían en él son declarados bienaventurados.
Ejemplo 3: Salmo 8 (Versión Reina Valera 1960)
Salmo de David.
Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra,
Has puesto tu gloria sobre los cielos!
De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,
A causa de tus enemigos,
Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
Oh Jehová, Señor nuestro,
¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
El Salmo 8 es un hermoso poema que exalta el nombre glorioso de Dios en toda la Tierra. Comienza con una reflexión sobre cómo Dios utiliza la humildad y la debilidad, representadas por los bebés balbuceantes, para derrotar a sus enemigos y silenciar a los vengativos. Luego, el poeta contempla la grandeza de la creación celestial y se pregunta por qué Dios se preocupa tanto por los seres humanos. Reconoce que Dios nos ha creado un poco menor que los seres espirituales, pero nos ha coronado de gloria y majestad, dándonos la responsabilidad de gobernar sobre toda su creación. El poema enfatiza el amor de Dios por los débiles y su deseo de elevar a los humildes para que gobiernen el mundo. Esta idea se refleja en la figura de David y en los pobres y afligidos mencionados en otros Salmos. El poema culmina reconociendo que Dios ha puesto todas las cosas bajo el dominio de la humanidad. En última instancia, estas ideas apuntan hacia Jesús, el Mesías, quien encarnó el amor y la humildad de Dios y estableció su Reino a través de la debilidad y la entrega de sí mismo. El Salmo 8 nos invita a reflexionar sobre el poder y la grandeza de Dios, y cómo su amor y propósito se manifiestan a través de la humildad y la debilidad de los seres humanos.
Para ampliar al respecto sírvase revisar la versión animada: Salmo 8.
CONCLUSIÓN
El libro de los Salmos es una fuente de inspiración, consuelo y guía en nuestro caminar espiritual, es una invitación a sumergirse en la experiencia de la poesía y la oración. A través de sus poemas y cánticos, podemos conectar con las emociones más profundas de la humanidad y expresar nuestros propios sentimientos ante Dios.
Es importante leer el libro de los Salmos hoy porque nos brinda palabras y expresiones para comunicarnos con Dios en cualquier circunstancia de la vida. En estos salmos encontramos alabanzas, súplicas, agradecimientos, lamentos y palabras de consuelo. Nos enseña a orar en todo momento y nos muestra que no importa qué estemos viviendo, siempre podemos acudir a Dios en busca de consuelo, guía y fortaleza. [Título relacionado: “Confiar en Dios y ser rescatado de un lugar de desesperación”]
Además, el libro de los Salmos nos conecta con la historia del pueblo de Israel y su relación con Dios. Nos muestra cómo han experimentado la presencia de Dios a lo largo de los siglos y cómo han encontrado esperanza y consuelo en medio de desafíos y dificultades.
Al leer los Salmos, también descubrimos profundos mensajes teológicos y nos adentramos en la comprensión de la justicia, la misericordia y el amor de Dios. Encontramos promesas de redención, salvación y un futuro reino de paz.
FIN