Blog

Confiar en Dios y ser rescatado de un lugar de desesperación.

Dios nos protege por varias razones que se derivan de su carácter y su amor por nosotros:

  • Amor y cuidado paternal: Como nuestro Padre celestial, Dios nos ama profundamente y desea lo mejor para nosotros. Su protección es un reflejo de su amor y su deseo de cuidar de sus hijos. Así como un padre protege a sus hijos de peligros conocidos y desconocidos, Dios vela por nuestra seguridad espiritual y física.
  • Providencia divina: Dios es soberano y tiene el poder de controlar todas las cosas. Él tiene el control absoluto sobre el universo y todas las circunstancias de la vida. Aunque eso no significa que evite que enfrentemos dificultades o pruebas, su providencia trabaja en medio de ellas para nuestro bien. Dios puede intervenir en situaciones y protegernos de daños o peligros, o bien puede permitir que pasemos por pruebas con el propósito de fortalecernos y hacernos crecer espiritualmente.
  • Propósito redentor: Dios tiene un plan redentor para la humanidad a través de Jesucristo. Su protección está vinculada a su propósito de llevarnos a la salvación y restauración en él. Dios nos protege para preservarnos hasta que seamos transformados a la imagen de su Hijo y podamos disfrutar de una relación eterna con él.
  • Fe y confianza en él: Nuestra relación con Dios se basa en la fe y la confianza en su carácter y promesas. Cuando confiamos en él y buscamos su voluntad, podemos experimentar su protección y cuidado. Dios nos protege cuando dependemos de él en lugar de confiar en nuestras propias fuerzas y entendimiento.
  • Gloria de su nombre: La protección de Dios también está relacionada con la manifestación de su gloria y poder. A través de su protección, Dios muestra su grandeza y su fidelidad a aquellos que confían en él. Su protección puede servir como testimonio de su poder y amor hacia nosotros, impactando a otros y llevándolos a conocer y confiar en él también.

Es importante recordar que la protección de Dios no siempre significa que seremos libres de sufrimiento o dificultades. Vivimos en un mundo caído y a menudo enfrentamos desafíos y adversidades. Sin embargo, en medio de todo eso, podemos confiar en que Dios está con nosotros, nos sostiene y nos protege según su sabiduría y amor.

Uno de tantos ejemplos que encontramos en la Biblia es el rey David, hay varias situaciones angustiantes en la vida de David en las que podría haber hecho referencia en el Salmo 40:1-5. Aquí hay algunas posibles situaciones:

  • Persecución de parte del rey Saúl: David fue perseguido por el rey Saúl, quien tenía celos y temor de la creciente fama y éxito de David. Durante este tiempo, David se vio obligado a huir y esconderse en lugares desiertos y cuevas para escapar de los intentos de asesinato de Saúl.
  • Traición de su propio hijo Absalón: Absalón, uno de los hijos de David, se rebeló contra él y buscó tomar el trono. David tuvo que huir de Jerusalén para evitar una guerra civil y se encontró en una situación de gran angustia al ver a su propio hijo conspirando en su contra.
  • Culpa por su pecado con Betsabé: David tuvo una relación adúltera con Betsabé y urdió un plan para que su esposo, Urías, muriera en batalla. Después de que esto ocurrió, David se enfrentó a la culpa y la angustia por sus acciones y buscó el perdón y la restauración de Dios.

Estas son solo algunas de las posibles situaciones angustiantes en la vida de David que podrían haber inspirado las palabras del Salmo 40:1-5. Ya que el salmo en sí no especifica una situación particular, por lo que es difícil determinar con certeza a qué circunstancias específicas se refiere David. En cualquier caso, el salmo expresa su confianza en la fidelidad de Dios y su agradecimiento por su rescate y salvación en medio de la angustia. Este es un salmo de alabanza y acción de gracias en el que David expresa su gratitud a Dios por su fidelidad y salvación. Aquí está el pasaje:

«1 Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.
4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.
5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No es posible contarlos ante ti.
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enumerados.»

En este pasaje, David describe su experiencia personal de confiar en Dios y ser rescatado de un lugar de desesperación. Él declara que esperó pacientemente en el Señor, y Dios respondió a su clamor. Dios lo sacó de un pozo de desesperación y de un lodo cenagoso, lo que simboliza una situación difícil y angustiante.

David reconoce que fue Dios quien lo rescató y lo estableció sobre una roca firme. Esto representa la intervención divina en su vida y el establecimiento de una base sólida en la que puede caminar con seguridad. Como resultado de esta experiencia, David tiene un cántico nuevo en su boca, una alabanza a Dios por su salvación y fidelidad.

David declara que cuando otros vean la obra de Dios en su vida, temerán y confiarán en el Señor. Su testimonio de la bondad de Dios tiene el poder de influir en otros y llevarlos a confiar en Dios también.

FIN