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¿Se puede entender la Santidad de Dios?

Santidad de Dios

En el resplandor de lo divino y puro,
la Santidad de Dios se alza en altura.
Es un fulgor que ciega y deslumbra,
un misterio sagrado que perdura.

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En cada acto y pensamiento santo,
la perfección moral se hace evidente.
Un abismo de pureza, sublime encanto,
en la Santidad de Dios, lo más decente.

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Sus atributos brillan con esplendor,
la justicia, el amor, la fidelidad.
En su presencia, sentimos temor,
ante tanta grandeza y majestad.

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Inalcanzable para el corazón humano,
su Santidad trasciende nuestra comprensión.
Mas en Jesús, el Dios encarnado en humano,
vemos reflejada su divina perfección.

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La Santidad de Dios nos invita a buscar,
a acercarnos con reverencia y humildad.
En su presencia, deseamos estar,
y ser transformados por su santidad.

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Que nuestras vidas reflejen su esplendor,
que nuestros pasos sean guiados por su luz.
En su Santidad, encontramos valor,
y vivimos conforme a su voluntad y cruz.

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Oh, Santidad divina, misterio sin igual,
adoramos tu grandeza y te reverenciamos.
Que nuestras vidas sean tu reflejo celestial,
y en tu santidad, encontremos reposo y amparo.

 

En el contexto bíblico, se reconoce que la Santidad de Dios es infinita y trasciende la comprensión humana limitada. La Santidad de Dios es uno de sus atributos divinos fundamentales y se refiere a su perfección moral, pureza y separación absoluta del pecado. La Biblia nos enseña que la Santidad de Dios es tan elevada y sagrada que ningún ser humano puede acercarse a ella en su plenitud o entenderla completamente.

Isaías 55:8-9 dice: «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos». Esta declaración resalta la infinita grandeza de Dios y la diferencia entre su perspectiva divina y la humana.

Aunque los seres humanos no pueden comprender plenamente la Santidad de Dios, la Biblia nos invita a conocer y experimentar la relación con Él. Mediante la revelación divina, podemos obtener cierto conocimiento de la Santidad de Dios y de cómo se manifiesta en su carácter, sus acciones y sus mandamientos.

A través de Jesucristo, quien es Dios encarnado, tenemos una revelación más completa de la naturaleza divina, incluyendo su Santidad. Jesús nos mostró el carácter santo de Dios y nos enseñó cómo vivir en conformidad con su voluntad.

Aunque la comprensión plena de la Santidad de Dios nos es inalcanzable, podemos acercarnos a ella a través de la fe, el estudio de la Palabra de Dios y la comunión con Él. Al buscar a Dios y crecer en nuestra relación con Él, podemos experimentar de manera limitada su Santidad y permitir que nos transforme a imagen suya.

Sírvase ver el siguiente vídeo: SANTIDAD.  Es valioso en el sentido de observar la santidad de Dios, metafóricamente hablando, como si fuera el Sol.

En el contexto de la religión judeocristiana, se considera que Dios es absolutamente santo en todos los sentidos. La santidad de Dios implica que es completamente puro, perfecto y separado de todo pecado o imperfección.

La santidad de Dios se basa en su naturaleza divina y en su perfección absoluta. Como ser supremo y creador de todo, Dios es considerado trascendente y separado de la creación. No está manchado por el mal ni puede tolerar el pecado. Su santidad también implica su justicia y rectitud absolutas.

La santidad de Dios se manifiesta en su carácter moral y en su relación con la humanidad. En la Biblia, se presenta a Dios como santo en sus acciones, en su juicio y en su misericordia. Su santidad establece los estándares de moralidad y justicia para la humanidad.

La santidad de Dios también se refleja en su inaccesibilidad y en la reverencia que le es debida. En muchas tradiciones religiosas, se considera que acercarse a Dios requiere pureza y reverencia, ya que su santidad es abrumadora y sobrepasa la comprensión humana.

A continuación, algunos ejemplos de cómo se menciona la santidad de Dios en la Biblia

 

Contexto Texto Bíblico
Visión de Isaías en el templo «Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.» (Isaías 6:3)
Oración de adoración de David «Dios mío, tú eres mi Dios, de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos. Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, y con labios de júbilo te alabará mi boca, cuando me acuerde de ti en mi lecho, cuando medite en ti en las vigilias de la noche. Porque has sido mi socorro, y así en la sombra de tus alas me regocijaré.» (Salmo 63:1-7)
Palabra de los serafines en el cielo «Y gritaban unos a otros, diciendo: Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.» (Isaías 6:3)
Canción de Moisés y los israelitas «¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?» (Éxodo 15:11)
Visión de Juan en el cielo «Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.» (Apocalipsis 4:8)
Himno de acción de gracias de María «Y María dijo: Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador, porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre.» (Lucas 1:46-49)

¿Qué es contrario a la Santidad?

Lo contrario a la santidad se refiere a todo lo que está en oposición a la pureza, la perfección moral y la conexión con lo divino. En el contexto religioso, se considera que el pecado y la impureza son opuestos a la santidad de Dios.

En el contexto bíblico, el pecado se define como cualquier acción, pensamiento o actitud que va en contra de la voluntad de Dios y se aparta de su ley moral. La Biblia describe el pecado como una transgresión moral y espiritual que separa al ser humano de Dios y afecta negativamente su relación con Él y con los demás.

Para profundizar al respecto, sírvase ver el siguiente vídeo PECADO.

El pecado se presenta como una realidad universal que afecta a toda la humanidad. En el libro de Génesis, se relata el relato del pecado original, en el cual Adán y Eva desobedecieron el mandato de Dios al comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Este acto de desobediencia introdujo el pecado en el mundo y tuvo consecuencias para toda la humanidad.

La Biblia también enseña que el pecado no se limita solo a las acciones externas, sino que también involucra los pensamientos, deseos y motivaciones del corazón humano. Jesús mismo enseñó que el pecado no solo se manifiesta en actos externos, sino también en pensamientos y actitudes internas, como el odio, la lujuria y la envidia (Mateo 5:21-22, 27-28).

El apóstol Pablo, en sus cartas del Nuevo Testamento, desarrolla una extensa enseñanza sobre el pecado. Él describe el pecado como una esclavitud que tiene poder sobre los seres humanos y que solo a través de Jesucristo y su obra redentora es posible ser liberados del poder del pecado (Romanos 6:6-7).

La Biblia enfatiza la necesidad del arrepentimiento y el perdón de los pecados. Se insta a las personas a reconocer sus pecados, apartarse de ellos y buscar la reconciliación con Dios a través de la fe en Jesucristo. Se enseña que el perdón de los pecados es posible por la gracia de Dios y el sacrificio expiatorio de Jesús en la cruz.

¿Cómo puede un ser humano pecador alejarse del pecado?

En el contexto bíblico, la enseñanza es clara en cuanto a cómo un ser humano puede alejarse del pecado y acercarse a la santidad. Aquí hay algunos pasos clave:

Arrepentimiento: El primer paso es reconocer el pecado y estar dispuesto a abandonarlo. El arrepentimiento implica un cambio de mentalidad y de dirección, volviéndose lejos del pecado y hacia Dios.

Fe en Jesucristo: La fe en Jesucristo es fundamental para el perdón y la reconciliación con Dios. La Biblia enseña que Jesús murió en la cruz como sacrificio expiatorio por nuestros pecados y que a través de él podemos recibir el perdón y la redención. Creer en Jesucristo como Salvador personal es esencial para el camino hacia la santidad.

Renovación por el Espíritu Santo: Una vez que una persona ha puesto su fe en Jesucristo, el Espíritu Santo viene a habitar en ella. El Espíritu Santo otorga poder y dirección para vivir una vida santa. Es a través del Espíritu Santo que podemos experimentar una transformación interior y ser capacitados para vivir en obediencia a Dios.

Estudio de la Palabra de Dios: La Biblia es una fuente de sabiduría y guía para vivir una vida santa. Estudiar y meditar en la Palabra de Dios nos ayuda a entender sus mandamientos y principios, y nos capacita para vivir de acuerdo con ellos.

Comunión con otros creyentes: La vida cristiana no se vive en aislamiento, sino en comunidad con otros creyentes. La comunión con otros cristianos nos anima, nos exhorta y nos fortalece en nuestra búsqueda de la santidad. También nos brinda apoyo y rendición de cuentas en nuestro camino espiritual.

Oración: La oración es un medio poderoso para buscar la dirección, el perdón y la fortaleza de Dios. A través de la oración, podemos confesar nuestros pecados, buscar la voluntad de Dios y recibir su gracia para vivir una vida santa.

Estos son solo algunos pasos generales que se presentan en el contexto bíblico para alejarse del pecado y acercarse a la santidad. La vida cristiana es un proceso continuo de crecimiento espiritual y dependencia de Dios. Cada persona puede tener un camino único en su relación con Dios, pero estos principios generales son fundamentales en el camino hacia la santidad.

 

FIN