“2 Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, 3 para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? 4 Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. 5 Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 6 y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.” Mateo 11:2-15 (Reina-Valera 1960):
El Juan del que se habla es “Juan el Bautista”, quien, en la cárcel, y quizá al notar que Jesús no se manifestaba como el Mesías – según el concepto que ellos tenían de un liberador del imperio romano, entre otras expectativas-, envió a preguntar lo que se relata en el texto citado. Lo interesante es la respuesta de Jesús:
¿Qué hacen los ciegos? VEN.
¿Qué hacen los cojos? ANDAN.
¿Qué hacen los leprosos? SON LIMPIADOS.
¿Qué hacen los sordos? OYEN.
¿Qué hacen los muertos? SON RESUCITADOS.
¿Qué se hace a los pobres? No dice que sean hechos RICOS; dice que “ES ANUNCIADO EL EVANGELIO”.
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El evangelio de la prosperidad es una creencia que sostiene que la fe religiosa conduce a la prosperidad financiera y material. Aunque hay diferentes opiniones sobre este tema, aquí te presento algunas ideas que se suelen utilizar para argumentar que el evangelio de la prosperidad es falso:
- Contradicción con las enseñanzas bíblicas: El evangelio de la prosperidad se basa en la interpretación selectiva de ciertos pasajes bíblicos que se centran en la prosperidad material, mientras que se ignoran otros pasajes que enfatizan la importancia de la humildad, el desapego material y la prioridad de los asuntos espirituales. Al tomar solo partes de la Biblia y descartar el contexto completo, se puede distorsionar el mensaje original.
- Ausencia de garantía de prosperidad: Aunque se afirma que la fe en Dios llevará a la prosperidad, no hay garantías explícitas en la Biblia de que todos los creyentes experimentarán riqueza material. De hecho, la vida de muchos personajes bíblicos y de Jesús mismo ejemplifica el sufrimiento, la pobreza y el desprendimiento de los bienes materiales.
- Enfoque centrado en el yo: El evangelio de la prosperidad tiende a enfocarse en el beneficio personal y material, colocando los deseos y necesidades individuales por encima de otros principios éticos y morales. Esto se aleja de la enseñanza de Jesús sobre amar a Dios y amar al prójimo, y promueve un enfoque egoísta y materialista de la religión.
- Explotación financiera: Algunos líderes religiosos que promueven el evangelio de la prosperidad se han visto involucrados en casos de explotación financiera, solicitando donaciones excesivas o presionando a los fieles a contribuir financieramente para obtener bendiciones materiales. Esto ha llevado a la desconfianza y al escepticismo hacia esta enseñanza.
- Contradicción con la realidad: La realidad muestra que existen personas piadosas y devotas que experimentan dificultades financieras y materiales, mientras que hay individuos corruptos y deshonestos que prosperan económicamente. Esto sugiere que la prosperidad material no es una recompensa directa de la fe religiosa, y que existen muchos otros factores socioeconómicos que influyen en la situación financiera de una persona.
En última instancia, la evaluación de la veracidad del evangelio de la prosperidad es una cuestión personal y basada en la interpretación individual de la fe y la religión. Es importante examinar críticamente las enseñanzas y contrastarlas con las enseñanzas fundamentales de la fe cristiana para llegar a una conclusión personal.
FIN