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¿Qué nos diría Jesús si visita nuestra iglesia?

En el libro bíblico de Apocalipsis, se mencionan siete iglesias a las cuales el apóstol Juan escribe cartas. Estas iglesias estaban ubicadas en la provincia de Asia Menor, que corresponde a la región que hoy conocemos como Turquía. Estas cartas a las siete iglesias se encuentran en Apocalipsis capítulos 2 y 3, y contienen mensajes específicos para cada congregación, así como advertencias y promesas para aquellos que se mantienen fieles en medio de las pruebas.

Las siete iglesias son las siguientes:

Nombre de la Iglesia Virtudes Alabadas Defectos Criticados Texto Bíblico de Referencia
Éfeso Perseverancia, rechazo a falsos apóstoles Abandono del primer amor Apocalipsis 2:2-4
Esmirna Fidelidad, paciencia en persecución Ninguno Apocalipsis 2:9-10
Pérgamo Mantener la fe en una ciudad idólatra Tolerancia hacia falsos maestros Apocalipsis 2:13-15
Tiatira Amor, fe, servicio, perseverancia Tolerancia hacia la profetisa Jezabel Apocalipsis 2:19-20
Sardis Ninguna virtud mencionada específicamente Espiritualmente muerta Apocalipsis 3:1-2
Filadelfia Fidelidad, perseverancia, amor Ninguno Apocalipsis 3:7-13
Laodicea Ninguna virtud mencionada específicamente Tibieza espiritual, autocomplacencia Apocalipsis 3:15-16, 19-20

 

Es importante entender que existían más congregaciones cristianas en el contexto histórico al que se refieren las siete congregaciones mencionadas en el libro de Apocalipsis. La selección de las siete iglesias específicas en el libro de Apocalipsis podría deberse a varias razones:

  1. Ubicación geográfica: Las siete iglesias se encontraban en la provincia romana de Asia Menor, que era una región importante en ese momento. Estas ciudades estaban ubicadas en una ruta de comunicación principal y tenían una influencia significativa en el mundo romano. Al dirigir mensajes a estas iglesias, la Palabra de Dios podría extenderse más fácilmente a otras áreas cercanas.
  2. Problemas y desafíos representativos: Cada una de las siete iglesias tenía sus propias virtudes y defectos, y sus situaciones representaban problemas y desafíos comunes que enfrentaban las iglesias en general. Las cartas a estas congregaciones proporcionaban enseñanzas específicas que serían aplicables a otras iglesias que enfrentaban problemas similares en diferentes contextos.
  3. Carácter simbólico y profético: Las siete iglesias también tienen un significado simbólico y profético que se aplica a diferentes etapas y características de la iglesia a lo largo de la historia. Cada carta puede representar una época o condición particular de la iglesia, desde los primeros días del cristianismo hasta los últimos tiempos.
  4. Conexión con los destinatarios originales: El apóstol Juan tenía una conexión cercana con estas iglesias, ya que había trabajado y ministrado en la región de Asia Menor. Al dirigir las cartas a estas congregaciones específicas, Juan estaría hablando a sus conocidos y a personas que habían sido influenciadas por su ministerio.

¿Qué hay de la iglesia en nuestro tiempo?

 Ahora bien, si nos ubicamos en  nuestro tiempo, la información y las enseñanzas dirigidas a las siete iglesias en el libro de Apocalipsis siguen siendo aplicables y relevantes para las congregaciones modernas en el presente siglo. Aunque estas cartas fueron escritas hace casi dos mil años, contienen principios y advertencias que trascienden el tiempo y tienen aplicaciones prácticas para la iglesia en cualquier época.

Las virtudes alabadas y los defectos criticados en cada una de las iglesias ofrecen lecciones valiosas para las congregaciones modernas. Por ejemplo, elogios como ser perseverantes en la verdad, amar a los demás, mantenerse fieles a la enseñanza de Cristo y ser fervientes en el servicio pueden inspirar y animar a las iglesias a seguir creciendo y madurando en su fe y ministerio.

Del mismo modo, las críticas a problemas como la tolerancia de la falsa doctrina, la falta de amor y compromiso, la complacencia o la tibieza en la fe, pueden servir como advertencias para que las congregaciones modernas evalúen sus propias prácticas y busquen corregir y mejorar en áreas donde puedan estar fallando.

Además, la naturaleza profética de las cartas a las siete iglesias también sugiere que las condiciones y desafíos enfrentados por estas congregaciones pueden repetirse a lo largo de la historia de la iglesia. Los problemas y luchas que enfrentaron en el pasado también pueden ser experimentados por las iglesias actuales. Por lo tanto, las enseñanzas en las cartas proporcionan una guía continua para enfrentar esos desafíos de manera fiel y efectiva.

Aunque el contexto histórico de las siete iglesias era diferente al presente, las lecciones y exhortaciones en el libro de Apocalipsis son atemporales y aplicables a las congregaciones modernas. La Biblia es una fuente eterna de sabiduría y guía para la iglesia, y las cartas a las siete iglesias son una parte valiosa de esa revelación divina.

Es interesante considerar que Jesús es observador de las iglesias cristianas, por lo que cabe preguntarse, ¿si el Señor Jesús se presentara en una congregación en la actualidad y siguiera un patrón similar al que encontramos en el libro de Apocalipsis con las siete iglesias históricas, qué preguntas nos haría? Es probable que nos hiciera preguntas relacionadas con la fe, prácticas y fidelidad. Aquí hay algunas preguntas que podrían ser relevantes:

  1. ¿Qué virtudes y buenas obras ha visto el Señor en esta congregación? (Siguiendo el patrón de las alabanzas dadas a las iglesias en Apocalipsis)
  2. ¿Cómo ha sido el compromiso de esta iglesia en mantener la sana doctrina y evitar la tolerancia hacia la falsa enseñanza?
  3. ¿Qué medidas han tomado para cultivar el amor fraternal y el cuidado mutuo dentro de la comunidad de creyentes?
  4. ¿Cuál es el nivel de perseverancia y fidelidad que han demostrado en medio de desafíos y persecuciones?
  5. ¿Cómo están viviendo la adoración y la reverencia hacia Dios en su vida y en el culto de la iglesia?
  6. ¿Qué iniciativas han tomado para compartir el evangelio con aquellos que no conocen a Cristo y para impactar positivamente a la comunidad que les rodea?
  7. ¿Cuál ha sido su respuesta a los problemas morales y éticos dentro de la iglesia y en la sociedad en general?
  8. ¿Qué medidas han tomado para asegurarse de que no se han vuelto complacientes o tibios en su compromiso con el Señor y Su obra?
  9. ¿Cómo han manejado las luchas internas y los conflictos dentro de la congregación?
  10. ¿Cuál ha sido la actitud de esta iglesia hacia la injusticia social y el sufrimiento de los necesitados?

Es importante recordar que estas preguntas son hipotéticas y que el Señor Jesús conoce todas las cosas y el estado verdadero de cada iglesia. El propósito de estas preguntas es estimular la reflexión y la autoevaluación, para que la iglesia pueda buscar la guía y la corrección del Señor en áreas en las que necesiten crecer y mejorar en su vida espiritual y ministerio. La gracia y el amor de Cristo siempre buscan restaurar y edificar Su iglesia para que puedan ser luz y sal en el mundo.

¿Qué hay de mi como miembro de una iglesia?

Luego de que Jesús abordara el estado de la iglesia a la que pertenezco, a mi como persona individual que pertenezco a esa iglesia moderna, ¿qué me preguntaría Jesús?   Cada persona tiene una relación única con Jesús, y las preguntas que Él podría hacernos dependerían de nuestra situación y estado espiritual. La Biblia nos enseña que Jesús conoce nuestros corazones y nuestras vidas más íntimamente, por lo que sus preguntas estarían dirigidas a nuestro crecimiento y comunión personal con Él. Es importante mantener una actitud abierta y receptiva para escuchar Su voz y permitir que Él guíe nuestras vidas.  Así que las siguientes preguntas tienen como fin el estimular nuestro estado de conciencia sobre este punto: la relación personal con la iglesia a la que pertenecemos y la relación de esa iglesia con Jesús. Así que imaginemos por un momento a Jesús frente a nosotros preguntándonos:

  1. ¿Me amas verdaderamente y me pones a mí en primer lugar en tu vida?
  2. ¿Estás dispuesto/a a perdonar a aquellos que te han hecho daño?
  3. ¿Te preocupas por los necesitados y haces lo posible por ayudar a los demás?
  4. ¿Estás dispuesto/a a negarte a ti mismo/a y tomar tu cruz para seguirme?
  5. ¿Te esfuerzas por vivir una vida justa y piadosa, honrando mis mandamientos?
  6. ¿Buscas continuamente crecer en tu relación conmigo a través de la oración y el estudio de la Biblia?
  7. ¿Estás dispuesto/a a compartir tu fe con otros y ser un testigo de mi amor y salvación?
  8. ¿Reconoces tus debilidades y pecados, y te arrepientes genuinamente buscando mi perdón y transformación?

FIN